¿Qué harías si un vendedor de picaportes descubre un portal a un universo cúbico… y tú eres la clave para salvarlo?

En Una película de Minecraft (2025), Steve (Jack Black), un tipo común empujado por su nostalgia infantil, activa un misterioso orbe mágic cubic y se transporta al Overworld. Allí encuentra a Garrett «El Basurero» Garrison (Jason Momoa) y a los hermanos Henry y Natalie, quienes también fueron arrastrados a este mundo de bloques. Unidos, deben aprender a construir, luchar y colaborar para escapar y frenar a Malgosha, la reina piglin del Nether que ansía destruir toda creatividad con su ejército goblin. 

Entre minas, mansiones embrujadas y aldeas plagadas de creepers, la aventura mezcla momentos de construcción estratégica con combates cargados de humor y guiños al juego. El vínculo entre los personajes y su evolución de seres perdidos a equipo unido dan el toque humano que le da peso emocional a lo que podría haber sido solo un desfile de pixeles.

La química entre Jack Black y Jason Momoa aporta calidez y comedia, mientras que la inclusión de un cachorro llamado Dennis y la hermana mayor protectora Natalie añade ternura y ligereza emocional. La historia no busca complejidad: es una carta de amor a la creatividad y la diversión colaborativa, hecha para que tanto niños como fans del juego se sientan en casa. 

Análisis profesional: Dirigida por Jared Hess, la película cumple su promesa: visualmente impresionante, fiel al espíritu del juego, pero narrativamente simplista. Con un 48 % en Rotten Tomatoes y críticas mixtas sobre su desarrollo argumental, funciona exactamente para su audiencia objetivo: niños y jugadores, con referencias, efectos familiares y momentos graciosos (¡esa explosión creeper deja al público enloquecido!).

En taquilla, fue un éxito descomunal: recaudó 954 millones de dólares y se convirtió en la segunda película basada en videojuego más taquillera de la historia , gracias en parte a un fenómeno social en cines inspirado en TikTok —desde gritos de “¡chicken jockey!” hasta espectadores llevando pollos— que la transformó en evento cultural.

En resumen, Una película de Minecraft no es un drama profundo ni una obra de arte narrativa… pero sí es un festival colorido, simpático y memorable para quien busca sentir la magia del juego en pantalla grande. Si tienes un espíritu creativo (o niños en casa), este viaje cúbico te hará sonreír, reír y, sí… construirá un lugar especial en tu memoria cinematográfica.