Un hombre hipocondríaco, convencido de que cualquier síntoma es una sentencia de muerte, ha convertido su vida  la de su esposa María en un drama interminable de enfermedades imaginarias. Desde resfriados supuestamente letales hasta diagnósticos descabellados, su obsesión por la salud pone a prueba la paciencia de María, quien, tras años de soportar sus crisis exageradas, decide tomar cartas en el asunto.

Lo que sigue es una serie de situaciones cómicas y absurdas en las que el miedo a la muerte se convierte en el centro de una guerra doméstica hilarante. Entre consultas médicas innecesarias, remedios milagrosos y escenas dignas de una tragedia griega, María, ¡me muero! transforma la paranoia en carcajadas, demostrando que, a veces, la cura para el drama es una buena dosis de humor.