¿Qué harías si un vuelo de rutina se convirtiera en una trampa mortal repleta de asesinos y tu única aliada fuese la persona a la que debías detener?

En Fight or Flight (2025), Lucas Reyes (Josh Hartnett), un ex‑agente del servicio secreto en caída libre, recibe una misión de último recurso: identificar y capturar a un misterioso criminal apodado “The Ghost” durante un vuelo de Bangkok a San Francisco.

Lo que parecía un trabajo rutinario se convierte en una locura cuando descubre que el avión está plagado de asesinos cuyo objetivo es eliminarlos a ambos. Atrapados a 30,000 pies, deben confiar el uno en el otro para sobrevivir.

Junto a Isha (Charithra Chandran), que resulta ser “The Ghost”, Lucas improvisa armas con bandejas de comida, máscaras de oxígeno y hasta un secador para contraatacar. Sus encuentros improvisados, cargados de humor negro y violencia gore, juegan con la tensión de un entorno claustrofóbico y un guion que mezcla lo absurdo con lo funcional.

La química entre Hartnett y Chandran aporta el corazón al caos. Él, un tipo roto con encanto desgastado; ella, fría pero con un trasfondo humano revelado a cuentagotas — ex víctima de tráfico infantil convertida en hacker vengativa. El contraste con Katherine Brunt (Katee Sackhoff), su jefa implacable, amplifica la tensión hasta un tercer acto explosivo con una sierra eléctrica en pleno pasillo.

Dirigida por James Madigan en su debut, Fight or Flight pretende ser una comedia de acción desatada al estilo Bullet Train, pero en el aire. La crítica destaca la energía de Hartnett (“gonzo”, “devil‑may‑care”), la acción estilizada y el humor salvaje; sin embargo, varios también advierten que el guion se resiente en la segunda mitad y el cierre queda abierto para una secuela.

Análisis profesional: Fight or Flight triunfa cuando abraza su naturaleza B‑movie: acción creativa, violencia gráfica y comedia inesperada, todo dentro de un avión. La dirección audaz y la actuación de Hartnett —una versión más canalla que en sus trabajos recientes— sostienen una experiencia frenética de 97 minutos. Sí, el guion tambalea, y el villano queda poco desarrollado, pero el ritmo y la originalidad en los combates compensan esas fallas.

En resumen, Fight or Flight es una explosión aérea de adrenalina mezclada con humor salvaje. Ideal para quienes buscan una película que no se toma en serio, entrega caos estimulante y entretiene de principio a fin, siempre que estés dispuesto a subir a bordo sin expectativas de plausibilidad.